Un hechizo de luz
atraviesa la ventana de la aurora
y con atuendo de pétalos
cobija el silencio de las sombras,
lienzo en la piedad de las hojas
esculpiendo rayos de sol sobre las mariposas.
Este horizonte descalzo de nubes
pinta huellas de mar
y en las olas de un laberinto azul
teje pájaros de bruma
descubriendo el velo
en el secreto conjuro de la luna.
Hoy, gaviotas silentes surcan el firmamento
y en la magia crepuscular de este ocaso
derraman su blanco manantial
para despojar las heridas
adormecidas de tiempo
en la piel de una ciudad que despierta.
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