Juegan las hojas en otoño
trayendo colores en túnicas doradas
mariposas viajeras
perfuman instantes
de relojes olvidados
en las estaciones inciertas del tiempo.
Risas de infancia
se columpian entre los rayos de sol
que esparcen aromas
en el cauce sediento
de la tierra sagrada,
holocausto de lágrimas en invierno.
Manos que siembran
palabras de primavera
en la larga noche del asombro
una libélula teje huellas
en el cristal del atardecer
y desatan al viento gaviotas de fuego.