Cabelleras al viento, sonrisas inocentes
juega, ríen, danzan,
vuelan un vendaval de sueños
y en mil cometas arcoíris
regalan historias de magia y esperanza
soltando alondras con perfume a infancia.
Sangran las estrellas
rojos los versos que la tierra proclama
frutos maduros en las cuencas
de sus ojos de inmensidad
sembrando luz
en la noche que apremia en su oscuridad.
Como gaviotas se abren sus manos
sueltan las semillas que alborotan los cielos
y en su eco desnudo la todo se ilumina,
cantan los niños, en el campo, las niñas alaban
hay un perfume a jazmines
en su abismo de flores… el mundo ha sido purificado.