Rendijas doradas
asoman entre las nubes
se cuela marzo otoñando caminos
y delinea siluetas de sol
abriendo ventanas
en tempestad de colores.
Hay silencios que devoran
este ocaso de luz y mariposas
las plazas se tiñen
bailan las hojas
levantan su vuelo
en los remolinos del tiempo.
Son recuerdos de infancia
columpiando en hamacas de ayer,
huellas tejidas de barro
que bostezan sueños y risas
amalgamando caricias
en esa esquina, donde siempre me esperas.