Silencios incendiados
en el vuelo de ocres mariposas
hoy juegan las sombras
teñidas de hojarasca
y en horizonte de soles quebrados
se arremolinan los sueños.
Crepuscular melancolía
en mil surcos de arrebol acarician la tarde
y acorazados espíritus de coralinas alas
pintan las huellas
de mustios paisajes
sobre una ciudad sitiada.
Recuerdos solemnes de cielos azules,
de ósculos estelares, de caricias antiguas,
va naciendo en la savia eterna
un Hombre nuevo, de barro y cenizas,
de fuego y de viento
cuando el cristal se rompe… y se aroma de otoño.