Hay palabras que se exilian
en los ecos del invierno,
juegan las voces
entre flores dormidas
mientras neblina el alma
a orillas de la ausencia.
Deambulan los sueños
pintando amaneceres
y se estremece el destino
en las sombras de la tarde,
susurrando perdones
en desnudas siluetas.
Arden las velas
de tus lágrimas negras
cuando nacen los soles
que encenderán tus alas
y en la magia de otra aurora
renacerás impoluto, eterno, Fénix.