Lánguidos pasos, huellas gastadas
dibujan una avenida de fantasmas,
ausencias que pueblan este paisaje
de solsticios sobre mi alma desnuda
acallando las horas que yacen
en la espiral de este reloj de arena.
Busco en las flores de ayer,
en el perfume inmaculado de la inocencia
mientras la madrugada, vestida de silencio
redime el color de tus ojos
y en la piel herida del pasado
teje un crucifijo de perlas y cenizas.
Ya agoniza la tarde
en la latitud de la lluvia
y en el cristal lacerado de la noche
despeina las alondras de mi infancia,
hilvanado de ocaso
esta soledad que deshoja instantes de espejos vacios.
Increíble crecimiento poético muestran los poemas de 2018 respecto a los del 2012. Una poetiza que continúa trabajando la palabra para enriquecerla y emocionarnos
ResponderBorrar