Nocturna y misteriosa
una lágrima enciende las sombras
que presagian las huellas
de viejos caminantes.
Un naufragio de mariposas
abraza las calles
aromadas de lilas,
vestidas de nácar,
mientras un rocío de perlas
atraviesa los sueños,
naciendo en palabras
de añejos conjuros;
son aquellas alondras cautivas
que tejen el velo de eclipses y mareas,
soltando al viento su grito
de estrellas en el horizonte.
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