lunes, 10 de febrero de 2025

“Estela de fuego”

 Un cielo infinitamente celeste,

mientras el silencio se refugia en la piel

y al alba vuelan nacaradas golondrinas

en espiral de hojarasca y cenizas.


Florecen soles en el pincel de la tarde,

se abren sendas de viento y espuma

caminando en las huellas de antaño

y sin ropaje, al alma transmutan.


Ya la noche cierne su holocausto

en los telares de oculto paraíso,

cómplice, la luna, entre velos

derrama rasguños de plata y sangre.


Polvorientas heridas se diluyen

en la penumbra del horizonte,

un bostezo de luz grita su naufragio

para redimir sus sueños y mis días.


Alzo mis ojos, me pongo de pie

el tiempo, sin relojes, se detiene

extiendo mis manos y, en un rezo

tu voz me envuelve en su estela de fuego.







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