Un cielo infinitamente celeste,
nubes muy blancas juegan en mil formas
despertando la imaginación,
refugio a la infantil mirada.
Paisaje multicolor, aromas únicos
a flores, a frutas y esperanza
alegrando el alma
en la pureza de tu agua de aljibe.
Postales que iluminan el encuentro:
el molino de viento, al que trepábamos
cual montaña imaginaria,
el tanque donde nos refrescábamos en verano,
el galpón, cual museo de ciencias
nos invitaba a investigar extasiados
y el antiguo chalet, donde tejimos mil historias
sembrando recuerdos imborrables.
Se ilumina el corazón,
revolotean mariposas en mi alma
colores y sabores mágicos se conjugan
en el campo de antaño.
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