martes, 25 de febrero de 2025

“Tu mano en la soledad”

 

La noche conspira su ritual

de barro y abismo,

desteje su hojarasca de penumbras

entre rocas y perlas, a orillas de la aurora.


Susurros de mar cual mariposas de cristal

enhebran leyendas de vientos peregrinos

devorando heridas, rugiendo en el eco

de un templo sagrado.


El paisaje se viste de ausencias

y acalla el vuelo de mis alondras,

huelen a jazmines las huellas

que desnudan al alma.


Juegan las sombras sus claroscuros

en tanto la tormenta golpea y todo estremece

es tu mano en la soledad encendiendo el fuego

que rompe las cadenas.













domingo, 23 de febrero de 2025

“Estrellas en el horizonte”

 

Nocturna y misteriosa

una lágrima enciende las sombras

que presagian las huellas

de viejos caminantes.


Un naufragio de mariposas

abraza las calles

aromadas de lilas,

vestidas de nácar,


mientras un rocío de perlas

atraviesa los sueños,

naciendo en palabras

de añejos conjuros;


son aquellas alondras cautivas

que tejen el velo de eclipses y mareas,

soltando al viento su grito

de estrellas en el horizonte.




miércoles, 12 de febrero de 2025

“El campo de antaño”

Un cielo infinitamente celeste,

nubes muy blancas juegan en mil formas

despertando la imaginación,

refugio a la infantil mirada.


Paisaje multicolor, aromas únicos

a flores, a frutas y esperanza

alegrando el alma

en la pureza de tu agua de aljibe.


Postales que iluminan el encuentro:

el molino de viento, al que trepábamos

cual montaña imaginaria,

el tanque donde nos refrescábamos en verano,


el galpón, cual museo de ciencias

nos invitaba a investigar extasiados

y el antiguo chalet, donde tejimos mil historias

sembrando recuerdos imborrables.


Se ilumina el corazón,

revolotean mariposas en mi alma

colores y sabores mágicos se conjugan

en el campo de antaño.


 




lunes, 10 de febrero de 2025

“Estela de fuego”

 Un cielo infinitamente celeste,

mientras el silencio se refugia en la piel

y al alba vuelan nacaradas golondrinas

en espiral de hojarasca y cenizas.


Florecen soles en el pincel de la tarde,

se abren sendas de viento y espuma

caminando en las huellas de antaño

y sin ropaje, al alma transmutan.


Ya la noche cierne su holocausto

en los telares de oculto paraíso,

cómplice, la luna, entre velos

derrama rasguños de plata y sangre.


Polvorientas heridas se diluyen

en la penumbra del horizonte,

un bostezo de luz grita su naufragio

para redimir sus sueños y mis días.


Alzo mis ojos, me pongo de pie

el tiempo, sin relojes, se detiene

extiendo mis manos y, en un rezo

tu voz me envuelve en su estela de fuego.