Una acuarela de ensueño redime la calma
de mil huellas escondidas en su seno,
mientras un manantial recorre
entre azules y verdes, su geografía.
Hay un susurro de pétalos
en los acordes de la tarde,
y un telar de pájaros que presagia
la danza secreta de las hadas.
Retazos de bucólica magia,
mariposas de rocío y aurora
juegan en un concierto de música y colores
despertando su aquelarre de púrpura y lavanda.
Bosque encantado,
paraíso de moradas estrellas
vestido de lavanda, para despertar los sentidos
que amalgaman el lienzo de ancestral cobijo.
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