Vestido de sol
el crepúsculo es nostalgia
en el mosaico de la tarde,
llueven lágrimas de miel y mariposas
destejiendo alboradas
de roja hojarasca.
Hay un solemne suspiro en las rosas
de tu boca teñida de naufragio
mientras otro cielo asoma
en las pupilas del viento
abriendo sus ósculos
en cada semilla del tiempo;
y un remolino de ocres cenizas
se cuela en las agujas de este atardecer
matizando el horizonte,
es presagio en la ceremonia
que anticipa, calma de ocaso
sobre la alfombra de la noche.
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